Arlington: “Cambio climático y migración”

Artículo original de Rafi Barglow / Arlington Teosinte Sister City Project

 

La semana pasada, Zulma Tobar y Bernardo Belloso vinieron desde El Salvador a visitar la escuela de Arlington para hablar con casi cuatrocientos estudiantes sobre importantes temas que nos unen.

 

Tobar es la co-coordinadora de Ciudades Hermanas, una organización que coordina las relaciones de hermanamiento como la de Arlington con Teosinte (El Salvador). Belloso es el presidente de CRIPDES, una organización que promueve la cooperación comunitaria y el desarrollo en El Salvador. Teosinte, una comunidad rural en El Salvador, ha sido ciudad hermana de Arlington desde 1988.

 

Las relaciones de hermanamiento, por su misma naturaleza, deben construirse y fundarse en entendimientos mutuos. Tobar y Belloso enfocaron su discusión en el cambio climático y la migración, dos temas que afectan tanto a Arlington como a Teosinte.

 

El huracán Michael, una tormenta que estuvo en las noticias por su impacto en Florida, tuvo un efecto devastador en El Salvador. Tobar explicó que muchos agricultores, que cultivan para su propia subsistencia, perdieron muchos de sus productos en la tormenta.

 

Tobar dijo que El Salvador “no tendrá frijoles el próximo año”, uno de los tres principales cultivos que sostienen al país. Huracanes más fuertes no son el único impacto que el cambio climático tiene en Teosinte y El Salvador.

 

“La época lluviosa empezó muy tarde y, después de la lluvia, los agricultores empezaron a plantar, luego empezaron la sequía, inundaciones y deslaves”, dijo Tobar. “El huracán Michael, unido a un clima errático y otros desastres naturales provocó que muchas personas perdieran el 100 por cierto de su producción”.

 

Esto elevará los costos de comida y provocará hambre y, así, un aumento en la presión por migrar.

 

En los Estados Unidos, muchas personas perdieron sus trabajos cuando grandes corporaciones movieron sus fábricas a otros países donde pueden pagarle menos a las y los trabajadores. En El Salvador, uno de los destinos más buscados por estas compañías, uno puede ver el otro lado de la moneda. Belloso y Tobar hablaron del impacto de Coca-Cola y otras multinacionales que no han beneficiado a la mayoría de las salvadoreñas y salvadoreños.

 

De hecho, por la extrema desigualdad de los ingresos que ha marcado a El Salvador durante siglos y que llevó a una guerra civil en los ochentas y noventas, Tobar dice que las corporaciones multinacionales solo han enriquecido a pocos millonarios. Dado que las condiciones laborales y los salarios son tan malos, estas corporaciones han empobrecido más a muchas comunidades. La pobreza constante, así como el cambio climático, han contribuido a la migración. Otro factor es la violencia de las pandillas. Las pandillas, que se originaron en Los Ángeles en los ochentas y se expandieron a El Salvador cuando sus miembros fueron deportados, se han enraizado por la falta de alternativas para la juventud, corrupción política, problemas sociales y el acceso a armas provocado por la guerra.

 

Belloso explicó que organizaciones como CRIPDES y Ciudades Hermanas no necesariamente quieren un mundo en el que sea más fácil migrar, sino un mundo donde uno no tenga que migrar. Esta es la razón por la que trabajan para ayudar a que comunidades salvadoreñas  se vuelvan más seguras y sostenibles.

 

Tobar compartió una historia muy ilustrativa de cuánto poder tienen las ciudadanas y ciudadanos estadounidenses para ayudar a las comunidades salvadoreñas, dado que la economía salvadoreña es muy dependiente de los Estados Unidos. En Cinquera, la comunidad en la que Tobar vive, el gobierno se rehusó a construir una escuela o una clínica. Luego el hermanamiento de Chicago pagó por un anuncio en un periódico salvadoreño pidiendo al gobierno que supliera estas necesidades. Casi inmediatamente, el gobierno accedió y se construyeron una escuela y una clínica.

 

Comunidades como Teosinte y Cinquera pueden enseñarle importantes lecciones a Arlington. A pesar de que El Salvador tiene una de las tasas más altas de homicidios en zonas que no están en guerra, a pesar de la pobreza y la violencia de las pandillas, algunas comunidades, estas y varias más han sido capaces de reconstruirse, evitar el establecimiento de las pandillas y desarrollarse económicamente, gracias a la solidaridad y apoyo y también gracias a sus propios brillantes métodos de organización. El año pasado, estas comunidades organizadas tuvieron éxito al conseguir una ley que prohibiera la minería metálica, evitando así la devastación ambiental que la minería ha causado en Guatemala y Honduras.

 

Belloso dijo que quizá, al tener los Estados Unidos que enfrentar un mundo más complejo, pueda aprender de estos modelos de asistencia mutua y organización comunitaria que trasciende partidos políticos y países de origen. Como él dice, necesitamos “globalizar la solidaridad”.

 

Puede leer el artículo original (en inglés) aquí.

 

Bernardo Belloso en Arlington

 

Tobar shared a story illustrating how much power US citizens have to help Salvadoran communities, because the Salvadoran economy is so dependent upon the US. In Tobar’s home town of Cinquera, the government refused to build a school or clinic. Then the Chicago-Cinquera Sister City group placed an ad in a Salvadoran newspaper asking the government to provide these necessities. Almost immediately the government conceded and a school and clinic were built.

 

The original article can be found here.
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